Los habitantes del valle

martes, 22 de noviembre de 2011

La Llavandera



Es una mujer vieja, muy arrugada, de mirada dura y ojos rojizos que durante la noche lava la ropa en el rio y durante el día se esconde. Habitan en las orillas de los ríos, en cuevas o en el interior de los arboles. Provocan inundaciones y mandan sobre las nubes. Su voz es lúgubre, y parecida a la de los búhos, generalmente no hacen mas que lavar la ropa por la noche, haciendo sonar las palas y riéndose; no les gusta nada que se las vea entonces y al que insiste en hacerlo lo arrastran consigo a las turbulentas aguas de los ríos. Sin embargo, tiene su lado bueno, y es que cuando hay un incendio en el bosque, lo apaga batiendo sus palas en el agua del rio, y ayuda a los ancianos que se encuentran en apuros; no suele auxiliar a los jóvenes ya que les culpa de la destrucción y el olvido de las tradiciones.
  Se dice que los turistas desorientados se encuentran con ella atraídos por el sonido de sus palas, que ella golpea contra las piedras. La Llavandera suele ahogar a muchos de estos caminantes en el río, ya que no le gusta ser observada. Ayuda a los ancianos que se encuentran en apuros. No suele auxiliar a los jóvenes, ya que les culpa de la destrucción y el olvido de las tradiciones. 
Cuando las tinieblas oscurecen los caminos que están cerca de los ríos o de alguna fuente, puede oírse, a veces, el golpear de las palas de lavar la ropa contra las piedras.
  En un principio, el aldeano podría pensar que se trata de alguna de las mujeres del pueblo que esta lavando, pero es entonces cuando oye la voz ronca, como el ruido de una cascada, de la Llavandera y la humedad del bosque parece introducirse en el cuerpo. Mas vale que no se encuentre con ella, puesto que estos seres se muestran extremadamente violentos si son descubiertos o si notan que son espiados, así que lo mejor es correr hasta el pueblo y olvidar lo sucedido. 
Yo tuve suerte, le caí en gracia y me dejó seguir, que alivio.



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